Según informa la Asociación de Ejecutivos de Empresas
(Apede), si Panamá no se consolida como centro financiero regional es por su
corrupción y su falta de seguridad jurídica en el sector financiero. Esta
institución dice que a nuestro país le ha faltado “voluntad” para convertirse
en un centro financiero, que necesita la voluntad conjunta del centro
regulador, el órgano judicial y la empresa privada.
Según informa la representante de la Superintendencia del
Mercado de Valores, Ana Lucrecia Tovar, hay carencias en el caso del regulador,
que hace que el inversionista vea que no hay suficiente supervisión y que sus
activos no están seguros en Panamá. Lo mismo dice del órgano judicial, del que
asegura que “las normas no acompañan al sector de capitales y bancario”.
Pero más directa es con el gobierno. “La corrupción proviene
del tráfico de influencias entre gobierno y empresa privada”, dice Tovar. Puede
que no sea del todo un error, ya que Panamá es el quinto país más corrupto de
entre los 26 países latinoamericanos, según afirma el Barómetro de las
Américas, cuyos resultados se han publicado esta semana y con una valoración
negativa de 78,4 en una escala de 0 a 100.
Este mismo estudio, que está basado en 1.500 entrevistas a
panameños de todo el país, el actual presidente, Ricardo Martinelli, los
partidos políticos en general y la Asamblea Nacional son los entes públicos con
menos confianza de Panamá. Sin embargo, los medios de comunicación, la religión
católica y la evangélica son los que más altos puntajes de aceptación popular
reciben.
Se avecinan cambios en las próximas elecciones. O al menos
una evolución. La política hay que trabajarla y la confianza de la ciudadanía,
también.
Imagen: World Economic Forum / flickr (cc)
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